Al cierre de julio de este año, el banco central decidió por unanimidad subir nuevamente la tasa de política monetaria para ubicarla en 8%. La inflación volvió a registrar una tasa interanual a dos dígitos, al situarse en 11,1%, lo cual deja a la tasa de interés real aún en terreno negativo, señala el informe de MF Economía.
La autoridad monetaria busca restringir la cantidad de dinero, a través de una política monetaria más restrictiva. Con esa política, los costos de los créditos otorgados en el sistema bancario se han visto impactados. Al observar las tasas de interés activas, los préstamos comerciales a plazo menor o igual a 1 año promedian 12,14% y los mayores a 1 año a 13,91%.
En cuanto a los precios en general, las perspectivas son muy alentadoras. Desde la FAO, el índice de alimentos registra su cuarta caída en lo que va del año 2022. En el mes de julio mostró la mayor caída mensual del valor del índice desde octubre de 2008 (-9%), vinculada a las importantes disminuciones verificadas en aceites vegetales y cereales; mientras que, en menor medida, los productos lácteos y la carne. Sin embargo, este escenario podría ser revertido debido a varios factores exógenos como la inestabilidad política, la disminución de la oferta mundial, el aumento progresivo del coste de los fertilizantes y la posibilidad de sequía.
Dado que una importante parte de los precios finales de los alimentos son los fertilizantes que se utilizan para producirlos. Al 2022, la cotización de estos llegó a superar los 1.000 dólares por tonelada, lo cual duplican los precios verificados en el 2020 y persiste la incertidumbre si podrán incrementarse nuevamente.
Por otro lado, el comportamiento de las divisas se ha visto fluctuando, entre otros factores, por el incremento de las tasas de interés que podrían llevar a encarecer los productos en el mercado internacional. La suspensión del acuerdo de exportación de cereales entre Rusia y Ucrania también presiona al alza de los precios, al igual que ocurre en las cosechas de los EE. UU., Argentina y Brasil. Desde la FAO esperan que a partir de este mes la cosecha sea menor en estos países como también para la Unión Europea, Australia, Marruecos e India. Ello por las condiciones climáticas que se dan y que podrían afectar los principales cultivos.
La perspectiva para el 2022 es que los precios continúen siendo elevados. Desde el Banco Mundial, se espera que el coste minorista de los alimentos comenzará a disminuir en el año 2023.