Con la conclusión del mes de enero vencieron los contratos de compraventa de granos correspondientes al primer mes del año, firmados entre exportadores paraguayos e importadores internacionales, expresó el presidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), José Berea.
Las barcazas siguen aguardando las cargas que no están pudiendo llegar a raíz de la medida tomada por los transportistas.
El paro de camioneros que están en contra del ingreso de bitrenes a Paraguay impide que la soja arribe a los puertos para que pueda ser embarcada hacia diferentes destinos. Esto, indefectiblemente, implica una penalización por el retraso.
“Tendríamos que estar llegando masivamente a los puertos donde las barcazas están esperando”, indicó.
Los camioneros están cerrando todas las rutas nacionales desde el pasado jueves 25 de enero como forma de protesta contra la resolución 74/2018 del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) que permitirá el ingreso de bitrenes al país.
“Los contratos de enero ya vencieron ayer y esto implica un costo adicional por incumplimiento de envío, así que vamos a tener que pagar una penalización hasta el día que embarquemos ya en el mes de febrero”, lamentó Berea.
En cuanto a la multa por el retraso, el presidente de Capeco explicó que depende de cada contrato. “A veces son dólares por toneladas, otras es un cargo financiero, en fin, hay distintos modos de aplicar esas penalizaciones, pero sin duda que las vamos a tener”, subrayó.
El titular de la institución que nuclea a los exportadores y comercializadores de cereales y oleaginosas, mencionó que, según la estimación del gremio, entre 500 000 y 600 000 toneladas de la oleaginosa debieron ser exportadas en enero. Las cargas deben ir al puerto de Nueva Palmira (Uruguay) en tránsito al exterior o a Argentina en tránsito al exterior o a las fábricas de este último país.
Finalmente, afirmó que como gremio les preocupa esta situación, la que espera no se extienda más de lo necesario para salvaguardar los intereses de toda la cadena productiva, de la que los transportistas son un eslabón fundamental.