Diálogo entre EE.UU. y China renueva expectativas en el mercado internacional de la soja

Tras la tregua comercial alcanzada en mayo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles un acuerdo comercial con China, pendiente de su aprobación final y la del mandatario chino, Xi Jinping. Según detalló, el pacto incluye el suministro de tierras raras por parte de Beijing, un mayor intercambio estudiantil y una estructura arancelaria asimétrica, en la que Estados Unidos impondría un arancel del 55% sobre productos chinos, mientras que China mantendría un gravamen del 10% sobre importaciones procedentes de EE.UU. A pesar de estas diferencias, Trump calificó la relación bilateral como “excelente”. Este avance diplomático refuerza la posibilidad de una mayor demanda internacional de materias primas agrícolas, especialmente desde China, lo que podría contener la presión bajista en el mercado internacional de la soja.

Más allá de las señales políticas, el mercado atraviesa actualmente un entorno complejo, influido por factores productivos, la evolución de la demanda y el nivel de oferta global. En Estados Unidos, las condiciones climáticas siguen siendo un factor determinante para la soja. Actualmente, las zonas productoras registran niveles de humedad y temperatura considerados favorables para el desarrollo de los cultivos, lo que refuerza las expectativas de una campaña con altos rendimientos y añade presión bajista sobre los precios. De hecho, según el informe más reciente del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), la siembra de soja ya supera el 90,0% del área prevista, con la mayoría de los cultivos en estado bueno a excelente.

En este contexto, el comportamiento de la demanda externa, especialmente de China, sigue siendo un factor decisivo para la evolución de los precios. Como principal importador mundial de soja, China tiene un rol central en el mercado. Según el USDA, sus importaciones se mantendrían en 112,0 millones de toneladas para la campaña 2025/26. No obstante, si no se dan avances concretos en las negociaciones bilaterales durante el resto del mes, la incertidumbre sobre el ritmo de compras por parte de China podría traducirse en nuevas presiones bajistas en las próximas proyecciones del USDA.

A esto se suma que las existencias globales de soja continúan revisándose al alza en comparación con otros granos, como el maíz y el trigo. Así, el USDA proyectó las existencias finales de soja a nivel mundial en 125,3 millones de toneladas, por encima de los 124,2 millones estimados para la campaña 2024/25. En contraste, los inventarios globales de maíz fueron ajustados a la baja, de 285,0 a 275,2 millones de toneladas, mientras que en el caso del trigo se redujeron ligeramente, de 264,0 a 262,8 millones.

Esta situación reduce el margen para una recuperación sostenida de los precios, ya que la abundante oferta sudamericana también refuerza el escenario de sobreabastecimiento global. En Brasil, principal productor mundial, la agencia nacional de cultivos (Conab) elevó su estimación de producción para la campaña 2024/25. Según su informe más reciente, la cosecha, ya prácticamente finalizada, se ubicaría en 169,6 millones de toneladas, frente a las 168,3 millones previstas anteriormente. Este ajuste se debe principalmente a condiciones climáticas favorables y excelentes rendimientos en regiones clave como Mato Grosso, lo que consolida un contexto de alta disponibilidad y limita las posibilidades de una recuperación sostenida en los precios.

, , , , , , , ,