La Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) de Brasil ha vuelto a ajustar a la baja las proyecciones de la cosecha de soja brasileña debido a la disminución en la productividad observada en prácticamente todos los estados productores. Hasta el momento, Rio Grande do Sul es la única excepción, puesto que a pesar de dos temporadas consecutivas de caídas en las cosechas, aún mantiene perspectivas favorables de productividad. Sin embargo, estas perspectivas están condicionadas al comportamiento climático durante el mes de febrero.
Según las nuevas estimaciones, el volumen proyectado de la oleaginosa se sitúa en 149,4 millones de toneladas, lo que representa una disminución de 5,87 millones de toneladas con respecto a la proyección del mes de enero y un descenso del 3,4% en comparación con la zafra anterior.
En cuanto al cultivo de maíz en Brasil, es importante recordar que se lleva a cabo en tres temporadas. Para la temporada de maíz de primera, actualmente en plena siembra, se estima una cosecha de 23,60 millones de toneladas, lo que representa una disminución del 13,8% en comparación con la campaña anterior. En cuanto al maíz de segunda temporada, las perspectivas apuntan hacia una producción de 88,09 millones de toneladas, lo que supone una reducción de aproximadamente 14,08 millones de toneladas con respecto al año anterior. Por último, se prevé que la cosecha de maíz de tercera temporada alcance las 1,9 millones de toneladas.
De esta manera, la oferta total de maíz brasileño se estima en 113,70 millones de toneladas, una cifra menor en comparación con las 129,4 millones de toneladas registradas en la campaña 2022/23.
Por otra parte, las estimaciones para la cosecha de soja argentina también se ajustaron a la baja. De acuerdo con la última proyección de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la producción alcanzaría las 49,5 millones de toneladas, unas 2,5 millones de toneladas menos que la estimación previa. Se destaca que, luego de la primera quincena de enero las altas temperaturas afectaron en gran medida a la soja de primera, lo que ocasionó aborto de vainas en varias parcelas.
Además, la ola de calor también ha impactado en las parcelas de maíz, lo que ha llevado a ajustar las perspectivas de cosecha a 57 millones de toneladas, lo que supone una reducción de 2 millones de toneladas respecto a la estimación realizada en enero. Es importante señalar que las parcelas con siembras tardías se vieron beneficiadas por las lluvias ocurridas durante la segunda semana de febrero. No obstante, es crucial que continúen recibiendo precipitaciones en los próximos días para la recuperación y mantener el potencial de producción de maíz para la campaña 2023/24.
Para concluir, se recuerda que la nueva campaña 2024/25 de granos a nivel mundial estaría iniciando en el mes de mayo con la siembra de soja y maíz en EE.UU. Las primeras proyecciones acerca de las superficies de siembra en las parcelas norteamericana son de 35,4 millones de hectáreas de soja, cifra 4,7% mayor con respecto a la campaña 2023/24. En cuanto al maíz, se espera que se siembren en total 37,2 millones de hectáreas, unas 1,5 millones de hectáreas menos respecto a la zafra anterior.
Si se materializan las estimaciones de siembra de soja en EE.UU. y las condiciones climáticas favorecen el desarrollo de los cultivos, la oferta mundial de la oleaginosa seguiría siendo abundante durante el presente año.